“El día de la mujer nos solidariza con el calvario que muchas mujeres de todas partes del mundo sufren a lo largo de sus vidas por ser mujer”.
Brigitte Champetier de Ribes
Nuestros ancestros y las mujeres que a día de hoy siguen viviendo el abuso, el calvario, la esclavitud y la opresión, necesitan que nuestra mirada vaya dirigida a la inclusión de lo femenino con lo masculino y viceversa. Pretender reivindicar los derechos de la mujer en opresión o exclusión a lo masculino, es dar la vuelta a una moneda y ver su otra cara. La moneda sigue siendo la misma, una moneda llamada calvario, esclavitud, opresión, injusticia, abuso y lucha constante, por lo tanto, separación o des-unión o fragmentación en la sociedad y en nosotros mismos.
Integrar lo femenino y lo masculino que el ser humano posee, es agradecer y aceptar a nuestra energía femenina y masculina que todos tenemos. Cuando integramos ambas energías, unimos esa dualidad o polos opuestos, podemos enfocar nuestra mirada en igualdad y unión hacia los demás, es decir, vemos reflejada esa aceptación en nuestras relaciones de pareja, en la familia, en la sociedad, independientemente del sexo o su conducta sexual.
Podemos elegir.
Tenemos la opción de elegir, y elegir es, desear responsabilizarnos, comprometernos y estar en disposición para dedicar nuestra vida y energía, a favor de una conciencia colectiva por los derechos y la dignidad de mujeres y hombres, sin querer pretender demostrar nada, sin condenas y sin cadenas.
Hoy en el día de la mujer trabajadora, agradecemos poder expresar desde la igualdad, nuestra energía amorosa, bondadosa, compasiva, que incluye y fortalece a nuestros corazones, desde la única mirada que existe; la Sonrisa de la Paz.
Un mismo Pensar, Un mismo Sentir. Ser Uno con todo.
Ángeles Muñoz Ros