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Recientemente he tenido una experiencia donde he sentido una tristeza y alegría gozosa tan llena de vida, que aún mi mente desea seguir experimentando a cada instante tal viveza.

En mi camino personal de saber y experimentar lo que es el verdadero Amor, o esa fuerza que lo mueve todo y a todos y que incluye a todos y a todo, me he encontrado con un muro que no había visto y que mi mente infantil y fantasiosa negaba. Para saber lo que es el verdadero Amor, primero debes saber, atravesar y experimentar lo que es el sufrimiento y el dolor tuyo y como consecuencia, el de toda humanidad y existencia.

Una mente infantil niega el sufrimiento.

No está hecha para este mundo de contradicciones y negaciones. Nada más venir al mundo, ya en el vientre materno a través de la experiencia de Unión de lo Masculino y Femenino comienza a sentirse plenamente satisfecho y colmado de la más absoluta confianza de Ser lo que es, en un vientre que lo protegerá durante los siguientes nueve meses. Un vientre en el que a través de la experiencia materna, podrá ir experimentando sensorialmente e intermitentemente el mundo del sufrimiento que va tener que transitar en su próxima experiencia.

Podría decir tantas cosas sobre ese proceso, que me limito a compartir el mensaje que deseo transmitir. Es algo tan profundo y a la vez tan sencillo, que quizás cada uno pueda encontrar su propia toma de conciencia ante esta apertura amorosa de no interferir en el pensamiento absoluto.

El momento del parto el niño experimenta la separación de esa fuente donde nada le falta, es el segundo trauma que vive y directamente se almacena en el inconsciente. Y digo el segundo trauma, porque el primero es cuando debe encarnar en un cuerpo.

Cuando llega ese instante donde el Padre y la Madre pueden ver por primera vez el rostro de su unión, sonríen y a la vez se desconciertan ante las expectativas que un día y tras varios meses estuvieron sintiendo de cómo debería ser ese momento, lo que debían sentir, ver y escuchar, cuando por fin pudieran ver a su propio hijo. Sin embargo, ambos padres cada uno por separado, dejan el sufrimiento y desconcierto a un lado para inmediatamente atender a ese ser tan pequeño pero tan grande, que ocupa ahora en sus mentes todo su espacio y atención.

Ante tal delicadeza y fuerza arrolladora de ese bebé que ahora tienen en sus manos, surge en ellos el miedo al mundo que le espera al bebé ahí fuera durante un instante en sus mentes y a partir de ahí, querrán protegerlo de todos aquellos miedos que ellos mismos han conocido y experimentado e incluso los que no.

Las mentes están conectadas y el niño que acaba de nacer ya está experimentando esos miedos y alegrías que sus padres, los abuelos y toda la familia o clan están sintiendo en su conciencia. Ellos prometen protegerlo y el niño con su fuerza de Ser lo que es, Fuerza Inmaculada recién aterrizada, Unión de las dos fuerzas mayores Masculina y Femenina, promete protegerlos a ellos también, sin saber cómo y sin ver el miedo aterrador que ellos están sintiendo. ¿Cómo es posible esto? Porque esa Fuerza de ese Niño, aún no conoce la fuerza de la simbología conscientemente, como por ejemplo: Esto es bueno o es malo, esto sí y esto no y no sabe aún las fuerzas de la separación de la dualidad de este mundo y las creencias que lo definen.

El niño es lo que es, está siendo la fuerza y la dulzura de ambas Fuerzas que lo Unieron. Está intacto,” In-tacto” es no tocado por las creencias que le marcarán su cuerpo y mente hasta el fin de sus días. Es la extensión del mismo Dios, es la Inocencia del no miedo, no ve el miedo y pronto lo demostrará ante sus prematuros comportamientos. Esa Inocencia, es la suma Alegría y el Disfrute a la vida tal y como es y la  aceptación incondicional todos como son.

Cuando un Padre y una Madre experimentan por primera vez la sonrisa de su hijo, experimentan una alegría y felicidad tan sencilla e inmaculada de intención alguna, que pueden llegar a ver la más absoluta presencia del reconocimiento de su propio Ser, el espejo de lo que son y han olvidado en ese gesto tan sencillo del regalo de su breve sonrisa. La Fuerza de Dios y la Vulnerabilidad de este Mundo están presentes en ese instante.

Y no sólo un padre puede verlo, cualquiera que ha podido experimentar la sonrisa de un bebé, se ha sentido tan reconocido e importante, que se olvida de todo el sufrimiento y lo que cree ser, para conectar con el Espíritu o Fuerza del Verdadero Amor que incluye a todos como son y a todo como es, independientemente de lo que haya hecho o no, de si es malo o no tras esa breve y pequeña sonrisa.

Hay un pasaje en la Biblia que dice: Mateo 19: 13-15

Jesús y los niños

13 Llevaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban.

14 Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí; no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos». 15 Después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí.

Este pasaje a mi entender a día de hoy, es una metáfora a esa Inocencia del nacimiento y la inmaculada e intacta mente de los niños. Una mente llena de Espíritu siendo en este mundo lo que realmente Son, que no ha sido profanada por las creencias del mundo y que Jesús mismo, en su cuerpo “In-tacto” (no tocado, desprendido de creencias y lleno de Espíritu de Vida Eterna) a través de su palabra y acciones, fue mostrándonos con su ejemplo y obra en vida.

En la indagación que he ido obteniendo a través del trabajo profundo de saber lo que es el Amor, fue a través de las Constelaciones Familiares cuando realizando un ejercicio de acoger, aceptar y ver con los ojos del corazón a mis padres en su grandeza, unidos ambos y yo misma frente a ellos agradeciendo la Unión de ambos y el regalo de la Vida que me ofrecieron sin más intención que la de decir Sí a su instinto de Ser, me llené de gozo en el corazón ante la reverencia y honra que les ofrecí a través de la fuerza de un movimiento que invadió todo mi cuerpo.

Me levante y escuché una voz que me susurró una canción, que canten los niños. Así que la busqué y me puse a escucharla. De repente en un instante, pude vivir y sentir la más inmensa alegría de gozo, disfrute y Unión con la humanidad que jamás antes podía haber experimentado. Tan inmensa que apenas duró un instante, pero fue algo tan grande que a día de hoy sigo experimentando en mi corazón cada vez que lo comparto. Después de esa gozosa experiencia, mi cuerpo creía que iba a explotar y tuve que caer al suelo llena de un Espíritu Amoroso que aún sigo esbozando una sonrisa ante su llegada.

Llena, tan, grande, inmensa, inmaculada, intacta, vida, amor, generosidad, gratitud, belleza, alegría, totalidad, todo y nada, es y no es, fuerza, determinación, inspiración, espiración, bondad y humildad, entre otra simbología de palabras, son las que me permito escribir para poder transmitir a través de una inspiración, una milésima de felicidad y satisfacción de la experiencia que he vivido. Y toda esa sensación vino acompañada de una visión ante la aceptación incondicional de todos y todo lo que hay en este mundo mucho más allá de los confines de la Tierra.

Duró un instante y tuve que caer al suelo muy despacio para poder abarcar tal toma de conciencia en mi pequeño y frágil cuerpo. En ese instante ahí en el suelo llena de algo que no se puede describir, pude experimentar la conciencia del sufrimiento que hay en este mundo de miedo que nos hemos creído. Sentí o pude ver, la ignorancia el desconocimiento y olvido propio de esta grandeza y que junto a toda la humanidad estábamos viviendo en nuestras mentes. Experimenté en un instante, de estar llena y vacía de todo sufrimiento o miedo a estar afligida por la ignorancia y el olvido de nuestra gran Divinidad. Así que las lágrimas de gozo que en ese instante aún estaban en mi rostro, se transformaron en una gran des-ilusión, como si una flecha en mi corazón y en el costado me hubiese atravesado.

La humanidad camina entre mundos

He podido comprender y experimentar que la humanidad camina entre mundos, con la capacidad de elegir por donde querer transitar. Unos caminan en la inconsciencia del limbo quejándose de su destino, y otros conscientemente se adentran en distintos caminos que los llevarán a salir del limbo donde se encuentran queriendo poner solución a esas voces mentales que no paran de quejarse y de no estar satisfechas. Para comprender algo que no conocemos y que todos andamos buscando, como el verdadero Amor, o la realidad y felicidad que es Absoluta o Eterna, primero tenemos que saber lo que es el verdadero sufrimiento y estar dispuestos a atravesarlo.

En este camino de vida, sólo algunos están dispuestos a atravesar esa oscuridad, porque ya sabemos que hoy en día la gran mayoría de la humanidad huye del dolor y el sufrimiento, para llamar felicidad a lo que van encontrando y obteniendo a través del placer y los deseos sensoriales.

Estar dispuestos a decir si y atravesar esta oscuridad en conciencia, te pone en tu lugar, es decir, aceptación de tu propio sufrimiento y respetando a todos por igual, sin excepción alguna, en su proceso de vida.

Todos tenemos esa capacidad de aceptación y podemos hacerlo si estamos en el Sí a la Vida y en el Sí a ese algo más grande y a esa Fuerza Sanadora Olvidada aunque no sepamos lo que es. Decir No Sé, se puede representar como una metáfora del silencio de pensamientos y símbolos de esos pensamientos, emociones e ideas y creencias asociadas a nuestra identidad.

Cuando te dejas llevar por el movimiento del sonido del silencio, se transforma en un sonido que hace conectar a tu corazón con lo que Es, sin interpretar, sin símbolos y significados, sólo bailas al ritmo de la Energía del Universo  Cósmico.

En la Biblia tenemos el ejemplo de como María le dijo al Espíritu Santo Sí a la Vida en su Vientre, y se dejó guiar ante un no sé. Sólo en ese instante, inmediatamente ocurrió el Milagro de la Vida y como consecuencia, la Liberación o Salvación del mundo.

Aceptación, Inclusión, Equilibrio y por lo tanto, Dar y Recibir en gratitud a lo que es, lo que fue y lo que vendrá.

Evidentemente, soy humana y estoy en un camino de aprender y experimentar aquello que me hace sufrir, para recordar y olvidar continuamente lo que Soy y lo que no soy.

Pero hay instantes que cuando estoy al servicio de eso que no sé, conecto con la alegría y la fuerza transformadora de la vida, en una gran inspiración del corazón con las personas que estoy compartiendo en ese momento. Este es un gran camino de entrenamiento en la conciencia mental de cada instante y elegir esta manera de vivir te lleva a experimentar la soledad misteriosamente satisfecha del camino en el día a día.

Hay otro pasaje de la biblia que explica muy bien el No Sé y su Fuerza Sanadora, la Inocencia Inmaculada del Espíritu, lo pequeño que nadie ve, la sencillez del día a día y la sutileza del inspirar y espirar ante cada instante, que nos dejó Jesús.

Juan 16: 12-15

El Espíritu de la Verdad

12 Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; 13 cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. 14 Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará.

Se me ocurre un ejercicio a realizar, después de leer este pasaje:

-Podemos hacer el ejercicio de pie o sentados.

-Nos centramos, con unas respiraciones profundas.

-Sentimos nuestra respiración, y nos vaciamos del aire que hemos inspirado soltando cualquier aspiración o expectativa de esta práctica.

-Cerramos los ojos e independientemente de las creencias que cada uno pueda tener, podemos dejar que nuestra mente acceda a la aceptación de toda la humanidad y la existencia en sí de este mundo, como una sola pertenencia, como un solo cuerpo en sí, todos en unión ante algo tan pequeño y a la vez tan grande.

-Podemos sentir, escuchar y ver la fuerza de nuestra Unión y la delicadeza, la ternura y belleza de aquello que es incorruptible y no puede ser profanado por ningún tipo de ideología. Podemos observar la sutileza de estar y no estar en ese estado de conciencia, la dejamos Ser a través de una pequeña sonrisa en nuestro rostro.

-Orientamos nuestra mirada a una sola dirección, un solo pensamiento y una sola sensación, la de servir y ser sin saber eso que ya somos y que ya está aquí, este instante tan pequeño y a la vez tan grande. Mantengamos viva la Inocencia de dejarnos sorprender con la pequeñez de nuestras vidas, ante la grandeza de nuestra Verdadera Naturaleza.

-Podemos decir: Sí a mi pequeñez. Me permito sentir la pequeñez. Acepto la Grandeza de mi Pequeñez. Gracias.

-Y después de esta práctica, aún en esta quietud podemos escuchar esta canción y dirigir nuestra mirada como si fuese que el Espíritu de la Verdad nos habla en una metáfora, cuando decidimos entregarnos y soltar nuestras aflicciones y culpabilidades para decir sí sin saber.

Pincha en este enlace para escuchar la canción. Dijiste Sí y la Tierra Tembló de Alegría, dedicada a María. Todos somos María, todos llevamos al Espíritu de la Verdad en nuestros Vientres. Unión de lo Masculino y Femenino, el Hijo de esa Unión, la Pequeñez de la Fuerza Sanadora Olvidada.

Sólo experimentando la pequeñez, podremos ver a todos esos olvidados y desamparados (que no ven la luz de lo que son y la han olvidado tras creencias de miedo y escasez) para así ser luz inspiradora ante ellos y como consecuencia, ellos mismos puedan levantarse y comenzar a caminar de nuevo siendo lo que son, una lámpara en la oscuridad de este mundo.

Juntos al Servicio de la Vida.

AMR. Ángeles Muñoz Ros

Hoy es día 6 de Noviembre del 2023.

La ONU declara que hoy es el día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados.

En estos momentos que atravesamos de guerras y conflictos por los ideales o creencias fruto de la ignorancia de la humanidad, podemos hacer un alto en nuestro camino y parar a respirar.

Si creo que no puedo ayudar colectivamente ante las atrocidades que estamos viviendo o no sé cómo hacerlo, puedo empezar con este acto pequeño y de apariencia insignificante.

Me puedo detener un instante y metafóricamente visualizar cómo me permito dejar a un lado mis propias armas de destrucción también. La impaciencia, la desesperación, la incertidumbre, la ira, la tristeza y mis propios deseos o preferencias, ver cómo me uno a este día de Prevención de la Explotación del Medio Ambiente ante los ojos de mis propios conflictos.

Reflexiono cómo y de qué manera estoy dejando de ver, sentir o escuchar y sobre todo de respetar al medio ambiente, a la madre tierra y la forma en que me relaciono con ella.

Y si soy conciente de ello, no sólo podré darme cuenta de cómo me comunico con la naturaleza, sino que podré darme cuenta que existe también otro medio ambiente que me rodea y no estoy siendo cuidadoso con él, como: el medio ambiente que hay en casa, con la familia, el trabajo, los amigos o vecinos. Me puedo dar cuenta que el medio ambiente que me rodea a mí mismo en mi día a día, debo cuidarlo tanto como a la madre tierra.

Cuando me detengo un instante me puedo dar cuenta de la raíz profunda de muchos de mis conflictos y de que el medio ambiente que me rodea, a veces puede estar explotado por los conflictos de los demás colectivamente y los míos propios individualmente.

Parar y respirar puede darme un espacio para que pueda ser conciente de que puedo generar una energía verde de plena conciencia y así restablecer o deshacer aquellas cosas o pensamientos que hacen que mi medio ambiente esté viciado. Es como si fuera que me invito a salir o apartarme de inhalar el humo que voy generando yo mismo con mi propio cigarrillo y el que generan los demás con sus cigarrillos a mi alrededor.

Y así con esta nueva energía puedo ir caminando de una manera diferente por el medio ambiente que me rodea y así compartir y aportar un nuevo aroma al mundo que deseo ver, escuchar y sentir con la humanidad. Y con esta pequeña acción estoy aportando a mi sistema individual y colectivo, es decir al mundo, la energía bendita de la liberación de la explotación del medio ambiente.

Me detengo, respiro y cuido el medio ambiente que me rodea. Esa es mi nueva tarea aquí y ahora en este día, por los siglos de los siglos y en la eternidad. Amén 

Reflexiones al amanecer. AMR Ángeles & Gelen

Te invito a dejar y compartir tu comentario o semilla en el apartado que hay más abajo, de cómo haces para dejar tus armas y ser conciente de tu medio ambiente ante la guerra o conflictos que estamos viviendo a nivel individual y colectivo. Gracias. Juntos al Servicio de la Vida.

Expectativas pnl

Para curar o sanar una enfermedad, primero es necesario conocerla. Un médico estudia en profundidad y comprueba con diferentes técnicas y pruebas, las posibles causas que llevan al cuerpo a manifestar o desarrollar las diversas patologías que producen el deterioro o la enfermedad del mismo.

Nuestros cuerpos enferman, es algo que sabemos y tomamos precauciones, conciencia y a veces una sobre atención en mayor o menor intensidad.

Sin embargo, hay una enfermedad que no es visible y que sólo nos damos cuenta de ella cuando ya la estamos sintiendo. Darnos cuenta, no significa que podamos verla, sino que sabemos que está ahí, pero aún no podemos verla y mucho menos escucharla o atenderla.

Esa enfermedad normalmente suele ser un miedo, vestido, camuflado o disfrazado en forma de ansiedad, preocupación o estrés. A la vez, este miedo trae consigo una sensación de culpabilidad, un merecimiento de ser castigados o castigar, una tristeza profunda o una rabia e ira latente e impulsiva que no procede de lo exterior, (aunque a veces nos contemos lo contrario) sino que la causa procede del interior, y por eso, no la podemos ver y tampoco saber de dónde proviene.

Quizás deberíamos jugar a ser médicos cómo cuando éramos pequeños.

Pero para ello, antes debemos convertirnos en las mejores enfermeras/os. Cuando vamos a un hospital a que nos curen una herida, una enfermera/o nos atiende en calma y con seguridad ante nuestra desesperación y nos invita a sentarnos para que podamos sentirnos atendidos y escuchados.

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Para atender a nuestros miedos y a sus heridas, lo primero que podemos hacer es atenderlos con calma y sentarnos tal y como nos piden las enfermeras. El acto de sentarnos, nos coloca en una disposición de escucha y de apertura para atender a nuestro dolor, y nos ofrece un espacio silencioso y un estado mental totalmente opuesto a la desesperación o la ansiedad que llevamos arrastrando.  

Y desde ese estado mental, es cuando ya estamos en disposición de practicar con amabilidad unas respiraciones profundas y lentas que nos ayuden a calmar con seguridad, a esa herida que lleva tiempo sangrando y no nos habíamos dado cuenta.

El acto de respirar, es como desinfectar la herida a un nivel superficial con el agua oxigenada. Echar agua oxigenada a nuestro miedo, es como echar un manto blanco a un niña/o desamparada que anda perdida/o y no sabe dónde está, es como decirle a esa niña/o;

Ya has llegado, estas aquí, puedes estar tranquila/o.

Inspira y expira ese miedo.

Y quizás con ésta respiración, el agua oxigenada se transforme en el aire que refresque y limpie la suciedad de su herida.

Pararse y respirar, es también como tapar el exceso de frío o calor de nuestras emociones con vendas o sábanas que nos reconforten y nos protejan del clima exterior. Que nos protejan del ataque y los juicios de los demás y de nuestras propias exigencias. Respiramos y le acogemos, le podemos decir a esa niña/o;

Sé que estás sufriendo, estoy aquí para ti.

Ya estás aquí, ya has llegado.

Inspira y expira ese miedo.

Una vez que se ha calmado el dolor y el llanto superficial del golpe de esa herida y somos conscientes de la respiración pausada de esa niña/o, ya podremos dar unos puntos de sutura con una aguja que apenas causará dolor alguno, y con un hilo muy especial que nos dará la oportunidad de unir los dos lados de esa herida, para que nuestra piel pueda comenzar a cicatrizar de una manera natural.

Pero antes de comenzar a coser la herida, debemos saber si hemos administrado la dosis adecuada de anestesia para no causar más dolor, así que podemos hacer algunas respiraciones más. Ya estás aquí, ya estoy aquí contigo.

Y desde ahí es cuando podemos coser la herida. La aguja que tenemos en nuestras manos, representa la barca que ayuda a esa niña/o a cruzar a la otra orilla del río o la puerta que la invita a salir del cuarto oscuro donde está para que pueda ir a observar desde la ventana de otra habitación. Desde la otra orilla del río, es cuando se puede observar al miedo sin miedo y ver la claridad que hay en sus aguas.

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De ésta manera anclados a ese lado del río, desde la quietud y la calma, es cuando se puede observar junto a esa niña/o, la energía que ha derrochado con sus manos nadando a contra corriente para conseguir, lograr o alcanzar la idea que tenía de ella misma y de lo que era la verdadera felicidad.

Desde ahí, se puede observar cómo ha ido intentando alimentar y controlar la manera de cumplir las expectativas sobre esas ideas transmitidas por los padres, la familia, la pareja, los amigos o en la sociedad y el trabajo.

Desde ahí, se pueden observar a esas promesas, fidelidades, creencias e ideales y valores que los demás esperan de ella o de él, y que por amor a ellos decide viajar y quedarse junto a sus mundos ideales, en contra de los pulsos y las inspiraciones que su corazón le iba señalando…

¿Dónde estás niña/o? Ya estás aquí…

Desde ahí sentados en la otra orilla, podemos sentir las prisas de sus pies y los saltos al vacío, yendo de un lado para otro sin saber hacia dónde ir ante las exigencias y perspectivas de los demás y de ella misma/o. 

¿Dónde estás niña/o? Ya estás aquí…

Desde ahí, se puede observar cómo surge la sensación de asfixia, de ansiedad y estrés de no llegar a tiempo a servir a todos su ración de esperanza. Y la mezcla de emociones, rabia, ira o tristeza ante la posibilidad de no cumplir en un futuro con ellos y con ella misma; sus mandamientos, los preceptos y las órdenes de cada una de las ideas, valores y voces que resuenan en su mente infantil. Y que le lleva al recuerdo de que se encuentra atada de pies y manos, como si de una esclava y sirvienta fiel se tratara.

¿Dónde estás niña/o? Ya estás aquí…

Desde esa orilla, se pueden ver la tristeza de querer salir corriendo ante el miedo de no saber que le depara la incertidumbre ante el castigo, , el ataque, la deuda o la culpa por no cumplir aquello que se había prometido en el pasado así misma y a los demás. Y de ahí, sentir la sensación de carencia de no ser lo suficientemente hábil para soltar un recuerdo de pertenecer a un clan, una familia o un mundo convertido en obsesión.

¿Dónde estás niña/o? Ya estás aquí…

Desde esa orilla, se pueden ver  las dudas e indecisiones sobre lo que parecía estar bien y lo que parecía estar mal y la pérdida de equilibrio o la caída ante la respuesta de haber elegido mal, haberse equivocado, haber sufrido y hacer sufrir a los demás. Y de ahí, sentir la sensación de ser alguien muy malo que no merece ser querida/o y amada/o..

¿Dónde estás niña/o? Ya estás aquí…

Desde esa orilla del río, también se puede ver cómo esa niña/o camina perdida/o en mundos diferentes, sin saber quién es y donde está, sin poder averiguar cómo amarse así misma y de qué manera amar a los demás.

La aguja para coser la herida, es la que nos hace ver lo que no se ve desde el otro lado del río, lo que está más allá de nuestros ojos y no podemos ver, escuchar y sentir con el cuerpo.

Y el hilo para coser, es el que une ambas orillas para que la herida pueda cicatrizar de un modo natural y sin esfuerzo.

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El hilo que cose la herida, es el hilo que comprende a esa niña y a sus padres y a los demás. El hilo es la comprensión amorosa, que une ambas partes de la herida. Es el puente que une ambas orillas de un rio ya en calma. El hilo, es la comunicación, la escucha amorosa, sin etiquetas, sin juicio alguno ante lo que pasó o no pasó y ante lo que fue o dejo de ser.

Es el que comprende el sufrimiento y que Une junto con una aguja muy fina y firme desde la quietud, la calma y un caminar o un paso estable, aquello que parecía ser un abismo de separación. El hilo es el que transmuta todos los caminos, ideas, creencias y valores, en un solo camino, en un solo pensamiento, una sola emoción y como consecuencia en una sola sensación, la de sentirse y estar en Paz.

Una expectativa, no ofrece seguridad.

Una expectativa, es estar en el pasado o en el futuro. Una expectativa, es querer estar en otro lugar, porque en el que estoy no me gusta. Una expectativa es estar en el aire o en el cielo, cuando estoy viviendo en la tierra. Una expectativa, es estar desorientado ocupando un lugar que no me pertenece, porque donde estoy no estoy bien y prefiero irme a otro lugar donde me han asegurado que se puede estar mejor. Una expectativa es estar de viaje, fuera de casa y del calor del hogar. Una expectativa, es no estar aquí y por lo tanto, sólo puede traer duda, culpa incertidumbre y caos.

¿Dónde estoy? Estoy aquí, y como consecuencia…

¿Qué hora es? Ahora, y como consecuencia…

¿Quién soy? Soy este momento.

 

Estando aquí, puedo respirar

Aquí estoy segura/o y puedo sentir el gozo y la alegría de estar viva con cada inhalación y exhalación.

Y desde aquí, desde este momento, puedo ver, escuchar y sentir:

Que estoy donde tengo que estar.

Haciendo lo que tengo que hacer.

Ocupando el lugar que me pertenece.

Y siendo lo que tengo que ser.

Y como consecuencia, esto es lo esencial para mí, aquí y ahora y en este momento.

Y de ésta manera, las decisiones que tomo, son las esenciales para mi beneficio y para los demás.

Le podemos decir a esa niña/o.

Ya estás aquí, ya has llegado. Estás aquí y yo estoy contigo aquí también. Somos este momento de calma y quietud, donde nadie debe ir a ningún sitio, a ningún lugar. Ya hemos llegado. Estamos en casa, siendo lo que somos y sabiendo quienes somos. Sólo si tú quieres y puedes, te ofrezco mi mano para que juntos podamos sonreír al miedo y elegir estar en Paz.

Esta puede que sea la verdadera felicidad.

Para curar la enfermedad, primero debemos saber qué debemos soltar para poder ser libres aquí y ahora.

Ángeles MR.