Hoy, estoy aquí para recordarte algo que esa parte eterna,luminosa y sabia que hay en ti, ya sabe.
2020 nos ha traído eso que en el fondo todos temíamos, eso que llevamos años diciendo en pequeñas conversaciones con los familiares, con los amigos, en los colegios, con nuestros mayores e incluso algunos científicos ya anunciaban… Nuestro ritmo de vida, era ensordecedor.
Y ha llegado…
Un virus a decirnos: que paremos y que nos escuchemos; que atendamos a nuestro cuerpo, que cuestionemos «a nuestro gran tirano esclavizador» que es nuestra propia mente, que no hagamos nada durante un tiempo y que tan solo nos limitemos a respirar. Es curioso, cómo su mensaje ha sido muy claro desde el principio y cómo nos lo ha mostrado a través de los síntomas de la enfermedad. Dolor de cuerpo, fuertes dolores de cabeza, falta de respiración, demandando respiradores para poder sobrevivir y cómo la falta de ellos nos ha indicado en su mensaje, que ha sido nuestro gran olvido; respirar con consciencia.
Ésta pandemia, nos ha quitado el velo que teníamos frente a nosotros y que no nos atrevíamos a ver. Hemos visto el fino puente que une la vida y la muerte. Nos ha hecho entender que es el momento de parar y comprender la vida, porque tan sólo así podremos comprender lo que es la muerte.
La Naturaleza nos ha hablado y nos ha dicho que estábamos equivocados, que nuestro planeta no necesita de los humanos; Nos ha recordado que es necesario que permanezcamos en unión, que ambos nos necesitamos y que sin ella no podemos sobrevivir.
En éste año 2020, todos sin excepción, hemos experimentado de alguna manera el duelo; El duelo que conlleva dejar algo atrás sin apenas poder despedirnos tal y como estábamos acostumbrados. Hemos experimentado y transitado momentos de desesperación, de confusión, de frustración, de enfado con el mundo por no entender la situación que estamos atravesando, momentos de incoherencia, de sub-realismo e incluso de libertad limitada.
Un virus ha entrado en nuestras vidas como la tormenta que irrumpe en mitad de la noche sin avisar, arrastrando y limpiando todo… y a todos; ha llegado desde el cielo, con el rugir de su viento, con la fuerza de su agua y el poder de su presencia. Una presencia sin pensamiento, sin sentimiento, sin emoción, que elimina todo lo que ya no nos sirve y sigue interfiriendo en nuestro presente. Y sí, ha sido este virus el que nos ha impulsado a hacer el trabajo que estábamos postergando e ignorando.
Esta pandemia nos ha hecho crecer de golpe y madurar.
Nos ha empujado a dar ese salto en nuestras vidas que en otras circunstancias, no nos atrevíamos a dar. Algunos habéis experimentado la dureza que conlleva despedir rápidamente a un ser querido, otros os habéis roto y abierto a la vez, algunos os habéis replanteado el camino de vuestras vidas, otros habéis aprendido a poner límites a personas y relaciones que no os hacían ningún bien, habéis abandonado hábitos mentales y roto patrones de viejas creencias que os mantenían bloqueados, algunos habéis mantenido conversaciones con personas que hacía tiempo que teníais pendientes, incluso algunos habéis dicho te quiero o te echo de menos a familiares y amigos por primera vez. En definitiva, os habéis rendido; y gracias a ello, habéis vencido al miedo. Miedo a estar solo, a perder el trabajo, miedo a la muerte, miedo a no ser suficientemente bueno, miedo a que el negocio no funcione, miedo a perder a quien más queremos y miedo a no saber lo te espera.
Todo esto conlleva un soltar, un dejar atrás y una pérdida de parte de esa sensación que sentimos de estar heridos. Es como la muerte de algo interno nuestro que nos pedía descansar, para poder estar en paz.
Hemos cambiado, sí, hemos cambiado. Esa materia que nos da tanto miedo, que hacemos constantemente y de la que somos expertos. Hemos cambiado, lo hacemos continuamente y es increíble cómo nos aterra algo que ya es innato en nosotros. Y estos cambios, conllevan un desgaste energético que se hace visible en nuestros estados de ánimo. Lo sé, estamos cansados, muy cansados. Estamos cansados y agotados, pero aún nos queda un último paso, un último empujón, una pequeña toma de consciencia, un darnos cuenta, para que ese cansancio se convierta en la energía de un nuevo renacer.
Ahora te pido que te detengas unos segundos, tan sólo unos segundos…para que puedas darte cuenta de que esto que te estoy diciendo, está en los ojos de cada persona con la que te cruzas por la calle. Así que te recuerdo, que no estás sola/o.
Jamás te sientas sólo/a, ni débil; detrás de ti hay ejércitos con fuerzas poderosas que no concibes ni en sueños, llevas en tu sangre la fuerza de mil vidas de tus ancestros, que desean que vivas con alegría este renacer y te acompañan para que así sea. Caminas hacia una nueva etapa en tu vida, ahora ya sabes lo que quieres, sabes lo que verdaderamente importa y tienes una fuerza inalterable.
Sabías que…
A lo largo de la historia, diferentes culturas llevaron a cabo rituales de madurez llamados “ritos de paso”…en los cuales, se marcaba un antes y un después en la vida de la persona que los hacía…Era una transición evolutiva hacia un estado superior del Ser… durante estos ritos, la persona que quería pasar de fase, debía sumergirse en la más profunda oscuridad de una cueva y superar pruebas muy duras, para que se eliminaran sus fronteras mentales, las inseguridades de los momentos de cambios y se le concediera finalmente un conocimiento superior.
Para aquellas culturas, la cueva representaba el útero materno, y por lo tanto, el que conseguía salir de ese rito de paso estaba viviendo un nuevo nacimiento.
Creo fiel y firmemente, que el 2020 ha sido nuestro “rito de paso”, un tiempo en el que nuestros recursos y nuestra capacidad de resolver los problemas de nuestros días se han visto empujados hasta sus límites. Un «rito de paso» que nos ha mostrado cuál es nuestro lugar en el Universo y que no hay ningún fin, ni ningún principio, es una nueva era, un nuevo periodo y un nuevo renacer para la raza humana.
Tan sólo te queda una última toma de consciencia para que puedas salir limpia o limpio de esa cueva. Es tu momento para que sigas tu propio camino, ahora estás siendo más amable con tu Alma, te estás dando el mismo tipo de amor que siempre has dado a los demás. Ahora te estás adaptando y arreglando a tu manera, ahora eres una versión más fuerte y más sabia de ti. Lo estás haciendo muy bien, comienzas a respirar diferente, a reír diferente, a vivir diferente y a amar de buena manera. Y esto es en cierto modo, comenzar a entender y comprender a la vida.
Recuerda que tu sombra y tu luz van unidas a ti, que todo tiene una razón mayor y aunque a veces esa razón esté muy escondida, tu Alma sabe cómo encontrarla.
Hoy es un día de gran celebración, felicidades, lo has conseguido. Es el momento: tu cuerpo energético, físico y psicológico está listo. Abraza en tu corazón el gran aprendizaje de éste año 2020, acoge con Amor y Gratitud lo que ya está llegando del 2021 y recuerda, que desde el Amor compasivo e incondicional hacia ti mismo y ante cualquier trampa o dificultad que se te presente en la vida, tan sólo…es necesario pararte, estar solo/a, no hacer nada y en ese silencio… respirar conscientemente.
Te invito a que unamos nuestros corazones, y que junto a toda la humanidad, demos la bienvenida con alegría a éste nuevo renacer.
Mucha Luz Bella Alma.
De corazón a corazón, AMR.
Espectacular Gelen!!
Así de sencillo, así de cierto…
Así es, así será.
La chispa divina que hay en mi reconoce la chispa divina que hay en ti.
Hola Marco:
Gracias por tu comentario.
Namaste
De corazón a corazón ❤
Sin palabras. Me has emocionado.
Hola Silvia.
Gracias por tu comentario.
Namaste.
De corazón a corazón ❤
Me parece realmente bonito.
Lo sucedido estaba escrito puesto que estamos en una época de cambio, de aceptación y seguir. De trabajar individualmente para trabajar con la colectividad. Efectivamente hemos tenido cada uno nuestro » rito de paso» .
Hola Pilar.
Gracias por tu reflexión.
Namaste.
De corazón a corazón❤
Gracias Pilar, nos ayuda a todos tu toma de consciencia
Namaste
Me parece realmente bonito.
Lo que nos está pasando estaba escrito pues estamos en una época de cambio, de trabajar individualmente para trabajar para la colectividad, de aceptar y seguir. Y realmente pienso que si hemos tenido cada un@ nuestro «rito de paso».
Bonita historia del “rito de paso” y feliz de recordar que este año que nos ha marcado tanto, lo empecé y terminé contigo… Feliz 2021, mucho AMR ❤️
Hola Gloria
Gracias por tu comentario.Me produce mucha alegría compartir momentos contigo.
Namaste.
De corazón a corazón ❤
Muy bien me a encantado el mensaje , a parte de ser mi hija, eres una mujer muy inteligente te quiero mucho besos,
Hola Padre.
Gracias.
Eres una gran inspiración para mi, agradecida por ser tu hija.
Eres el mejor padre que he podido tener.
Te quiero.
De corazón a corazón❤