Nada puede ir separado y nadie puede estar separado. Por muy solo que uno se pueda sentir y encontrar en un lugar, aunque no sepa, vea, escuche o sienta a su alrededor, no está solo.

Cuando uno cabalga, caballo, jinete, tierra, mar, viento y el viaje, van unido a su cabalgar y a la misma vida que sostiene la propia experiencia. Nunca va solo.

A veces uno se puede sentir solo ante el caballo salvaje de su día a día. Domar o dominar al caballo, a uno mismo y todos los factores que lo rodean, conlleva un sobreesfuerzo digno del jinete más valiente. Equilibrar un caballo difícil de montar, sin conocerse a sí mismo y al ambiente que lo rodea, resulta una locura incoherente adherida a más caos. Y si una locura es tapada ante los ojos de otros jinetes, nadie sabe que todos cabalgan entre caos y desesperación. Esto suele ocurrir, cuando no mostramos a nuestro caballo de batalla ante los demás, por temer a ser vulnerables, no sea que nos quiten al caballo o puedan ver la debilidad de nuestra batalla. Pero un día sin más, algo ocurre…

Ante la ceguera de una batalla de jinetes, se aproxima un jinete que resplandece al paso con su caballo al viento. Un aire limpio ante la mirada de los que cabalgan entre dunas de arena y agua, hace caer el velo de sus cegueras. Jinetes que han parado la locura de su cabalgar, abren los ojos ante la luz que se le brinda en este nuevo día.

Desorientados, miran asombrados al jinete de Luz resplandeciente, pues ahora les ha cegado con su brillante mirada. Su luz les hace ver que las riendas de sus caballos están entre sus manos, listos para subir a un nuevo caballo de inconmensurable belleza y pura raza.

Sin preámbulos, ni aspavientos, un nuevo batallón de jinetes con caballo al viento, se unen al misterio del valiente jinete, más todos una misma dirección cabalgan ahora fácilmente su caballo libre de cualquier pretensión. Una polvareda de luz y arena, van levantando a los que se quedan atrás y se unen al camino, como si de una gran expansión de fuerza y poder les hablara de la belleza en luz que los envuelve.

Pasado, presente y futuro, se equilibran tras este batallón, ya que en sus caballos al viento no ven más que la Luz del caos y el orden en unión, pues sus ojos ahora ven más allá de todo lo que a simple vista se ve.

Un solo propósito en Unión, pues locura y desesperación de jinetes que en su día a día cabalgaban cansados y aprisionados por la montura, el caballo y las riendas, hoy vencen la gran batalla tras el jinete de luz al viento.

El camino a la verdad se muestra ante este batallón, pues los jinetes y sus familias disfrutan todos juntos de aquello que realmente son.

En un instante el batallón amaina su paso, pues el caballo comienza a trotar como un señorito que muestra a su jinete valiente. Miradas que sonríen ante la belleza de su danzar, pues caballos, jinetes, monturas, riendas, arena y el trote de su caminar, se unen en una melodía familiar.

Animales, plantas, mares y océanos, se unen a este cabalgar, pues el Universo ha escuchado su melodía familiar. Más el cosmos ha entrado en erupción, ante tanta revolución. Una Santa melodía resuena en las mentes de toda la Filiación, pues ya no hay más defensa ante la Conciencia de la Verdad. Un nuevo Reino en Libertad ha sido tomado, por una fuente de alegría y por un jinete de Luz en su presencia uno con todos. Vida Eterna, Paz y Amor ya son.

Se lo dedico a un amigo que conocí hace un tiempo, gracias Pablo.  AMR.